martes, 8 de mayo de 2012

UBUNTU

Un antropólogo propuso un juego a los niños de una tribu africana. Puso una canasta llena de frutas cerca de un árbol y le dijo a los niños que aquel que llegara primero ganaría todas las frutas. Cuando dio la señal para que corrieran, todos los niños se tomaron de las manos y corrieron juntos, después se sentaron a disfrutar del premio. Cuando el antropólogo les preguntó por qué habían corrido así, si uno solo podía ganar todas las frutas, le respondieron: 


- UBUNTU. ¿Cómo uno de nosotros podría estar feliz si todos los demás están tristes?

  Ubuntu, en la cultura Xhosa, significa: “Yo soy porque nosotros somos”.

  Creo que si plantease a mis alumnos una prueba similar el resultado sería distinto. En principio debería ofrecer algo distinto a una cesta de frutas, algo como pizzas, Coca-Cola… o algo así porque con fruta alguno ni correría. Pero no les culpo de ello. Nosotros les hemos hecho así, los adultos, los profesores, los padres, la sociedad. Les hemos inculcado esa competitividad, les recordamos que en el mundo real deberán luchar con los demás por un puesto de trabajo, que deberán ser más listos y trabajar más que los demás. Nuestra sociedad gira entorno al individualismo, que está unido a la competitividad.

Cada uno tiene que ir a lo suyo y que hay que ganar a los otros para alcanzar el éxito. Los demás no son compañeros, son rivales. Los otros, no son potenciales colaboradores sino probables enemigos. Hay que competir con los otros para llegar a conseguir la cesta de las frutas o la bandeja de las pizzas. Y, en muchos casos, valen zancadillas y empujones para conseguirlo. 


Ganar a los otros y disfrutar en exclusiva de la cesta de frutas se ha convertido en un lema, en una obsesión. La pregunta de cómo uno de nosotros podría estar feliz si todos los demás están tristes, podría sustituirse por esta otra: ¿Cómo uno de nosotros podría estar feliz si todos los demás están también felices? ¿Estamos preparados para ganar con los demás o ganar a los demás? Es ganar a los demás lo que hoy nos hace sentir bien. El ver a los otros por detrás en la clasificación. Es la obsesión de los rankings. 

Es muy sabia la filosofía de la cultura Xhosa: “Yo soy porque nosotros somos”. Creo que en ella echa sus raíces la felicidad. Su contraria (yo soy porque gano a los otros, yo soy porque venzo a los otros, yo soy porque puedo a los otros) nos llevará a todos a la infelicidad.

Estoy llamando la atención sobre un hecho preocupante, sobre el peligro de que en la cultura se instalen como patrones del comportamiento deseable los tres vértices de un triángulo maldito: individualismo, competitividad y eficiencia.

Existe un egoísmo compartido que amplía un poquito el horizonte del yo. Me refiero al egoísmo familiar. Se trata de un yo ampliado que se antepone a cualquier consideración social. El interés se amplía desde el yo a un nosotros restringido.

Cuando en la cultura Xhosa se dice “Yo soy porque nosotros somos” no incluyen en el nosotros a unos pocos familiares sino a todos los miembros de la tribu.

(Reflexiones extraidas de un texto de Miguel Ángel Santos Guerra)




5 comentarios:

  1. Oso sarrera ona Julen!!!!
    Batzuetan begiak itzi edo beste alde batera begiratzen dugu eta.

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  2. Nos ha encantado este cuento!!! Ojalá todos muchos adultos fueran la mitad de sabios que los niños de la historia.
    Nos queda mucho por aprender.

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  3. Y ahora, sabiendo esto, la pregunta clave...
    ¿Quiénes somos los salvajes y quiénes son los civilizados...?
    ;-) 8-)

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  4. Y queremos traernos a los "pobres" africanos... pero si son mas felices allí, y los amargados somos nosotros!!!

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  5. Más vale que nosotros aprendieramos de lo bueno de los demás, sin traer lo malo: inmigración descontrolada, pobreza, miseria, gentuza... etc

    Y preservar el "nosotros" nuestro, en lugar de suicidarnos socialmente al introducir gente que no es la nuestra.

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